sábado, 23 de octubre de 2010

Bajo las Sombras capitulo 1


bajo las sombras

Sipnosis: Lindsay es una chica que en su vida fue una chica normal algo que nunca fue hecho para ella un día ella salió en su camioneta de un viaje de rutina, cuando cayó por un enorme puente a las afueras de Manhattan y despertó sabiendo que ella ya no habitaba su cuerpo hoy está decidida a huir de un mal que la acecha y un misterio que resolver.

Capitulo 1
 Ella no podía y no quería entender porque le había pasado eso a ella. Y que hacia él con ella.
-Dime quien eres tú - el no pensaba decirle a ella quien era ya que no lo creería. El se paso sus manos por su cabello.
- digamos que soy un amigo, y que me mandaron a protegerte.- ella quedo aun peor que el principio.   
   -Ohh con qué facilidad me frustro. Bueno como te lo hago saber sin que te asustes.- el la examino esperando que calmara su respiración.
-ahora estas en peligro que tu cuerpo sea desechado.- ella lo miro atónita
-como. ¿Que no miras que estoy muerta?- susurro para sí misma queriendo hacerse a la idea. Los ojos del chico se abrieron y se asomo una sonrisa en sus labios, sus ojos azules le mostraron una esperanza.
-no aun, tienes que morir totalmente para llegar a la otra vida. - ella camino con él  como si fuera una caminata de paseo en el puente más transitado.
-tengo esperanza de ser quien soy.- su cara parecía la de una niña  recibiendo un regalo en plena noche buena.
El chico se vio lleno de arrugas en su frente por un momento.
-Lo siento creo que no me has entendido del todo.- el quería explicarle pero tenía miedo desanimarla. Pero pensó que sería una magnífica idea si ella lo empezaba a aceptar.
- la vida que tu llevaste  no era la tuya, sabes eres especial.- ella se quedo paralizada en medio camino.
-acaso estás loco, nunca he sido especial. - el se enfureció a un molesto se veía sexy. Su cara tomo un gesto muy varonil.
-Mi deber es protegerte y no pienso fallar por tus inseguridades.-  la agarro de la mano y jalo de ella como si fuera una niña pequeña.
-Pero de quien o que explícame por favor- él se canso de no decirle, ella tenía que saber su vida estaba en juego, a menos lo que quedaba de ella.
-Tú fuiste  la elegida, tu deber es no morir y el mío protegerte, de Esteban. -
- ¿quién es Esteban?, y ¿elegida? ¿Para qué?-  él se detuvo y soltó su mano.
- es mi hermano y es muy malo.- los ojos de el chico se veían cansados, la forma de hablar por su hermano era de  remordimiento.
-solo quería ayudarlo, solo quería ayudarlo. - repetía una y otra vez,
Ella se acerco a él y poso su mano sobre el hombro de aquel muchacho.
-que ocurrió, cuéntame. Tal vez eso ayude un poco.- le rogo ya que el muchacho se oía desesperado.  El empezó a caminar tomándole de nuevo su mano y su vos se oyó suave como si hablara solo para el 


-Mi hermano y yo teníamos una madre que nos amaba, quería que cada uno ejerciera su deber casarse, tener hijos, y ser un buen padre.-
“Ella lo miraba con compasión nuca había visto a un hombre tan bello llorar.”
-Pero mi hermano nunca quiso a mi madre y llego a tal grado que término acabando con la salud de mi madre -. Ella lo mira mientras él se perdía en sus pensamientos.
-Nunca olvidare el día en que yo le había declarado el amor a una muchacha del pueblo, le pedí la mano a su padre quien acepto por mi imagen ante toda la sociedad. Pero mi hermano la amaba como yo y se veían en secreto eso fue duro aceptarlo pero él me advirtió alejarme de ella o correría las consecuencias.- el se quedo callado pero ella no quiso importunarlo preguntando cuales eran las consecuencias hasta que el chico prosiguió.
- Mi madre murió la noche anterior a nuestro compromiso. Mi propio hermano empujo a nuestra madre en las escaleras de nuestra casa. Por despecho al saber que ella me apoyaba en la decisión de casarme con Andrea.- sus piernas empezaron a flaquear mientras Lindsay le agarro su mano  para demostrarle que ella estaba con él.  Apretó sus manos tan fuertes que ella soltó un gritito.
-pero si tu hermano hizo eso no veo la razón porque tu madre solo por apoyarte.- él. La miro a los ojos sus ojos azules se veían vidriosos.
-No entiendes mi madre era lo que más amaba en el mundo y me la quito.-  ella le paso su mano por la espalda en gesto de consuelo.
-Pero donde esta Andrea.- el se erizo por completo. Y continúo su relato.
-Ese mismo día amaneció en un establo muerta dicen que él la mato.-  ella se asusto de sus palabras.
-Quede solo en el mundo y quería morir así que fui directamente hacia el mar y camine a lo más profundo sabiendo que no podía nadar hasta morir.- 
-pero si solo fuiste mortal porque te puedo ver y porque estás aquí cuando deberías estar muerto.-  el le sonrió, su sonrisa era abrasadora.
-Morí por amor y ese no era mi destino. Si te cuento algo no lo dirás.- dijo burlonamente. La sabia que nadie además de él podía verla y escucharla. El se acerco hacia su rostro y susurro;
-Haya arriba tenemos una corte y también enemigos por quienes combatir.-  dijo señalando al cielo. Ella lo miro asombro
-y que eres tu.- dijo ella también susurrándole al oído. El se acerco a ella y le guiño un ojo.
-Soy tu ángel personal.- su sonrisa se hizo más genuina.
-Y tú hermano.- el cambio su sonrisa por una línea tensa en sus labios.
-Digamos que lo opuesto.-  el volvió a jalarla hacia delante. Ella quería seguir preguntando pero él la atajo.
-Tenemos que llegar a tu casa antes que el llegue.-
-Pero que haremos en casa.- 
-Recuperar tu cuerpo.- ella se animo mientras él examinaba su reacción por el rabillo de su ojo.
-Podre ser yo de nuevo.- dijo extasiada de la felicidad.
-No, serás mejor.- dijo él con una sonrisa aun más grande.
 Llegaron a una casa donde vivía Lindsay antes de mudarse sola su madre estaba en su habitación tejiendo. Todo estaba calmado y apacible.
-Esta es mi antigua casa - él  la miro listo para su reacción. Y dijo;
-Ve i saca un garantía de gema que tienes en tu habitación.-  su cara fue de aturdimiento.
-Como sabes tú de eso, como sabes que tengo una garantía de gema.-
-ve y hazlo lo que te digo.- dijo  frustrado ella sintió y salió disparada hacia su habitación.
-Listo ¡- grito trayendo consigo una garantía de piedra negra. Ella sintió una energía salir de ella.
-Que sucede.- musito ella. La mirada de el tenia cierta excitación.
-ya tienes tu cuerpo, Aprovéchalo mientras puedas.- ella lo buscaba  solo oía su vos pero no lo veía.
-¿Donde estas?- su corazón se reprimió al no verlo solo podía escuchar su voz.
-Estoy contigo.- su vos se oía triste.
-pero porque no te puedo ver.- dijo ella decepcionada.
-pon me mucho cuidado y haz lo que diga.- dijo Lindsay lo escucho con atención.
-Mientras seas mortal no me veras, pero no olvides que estaré contigo en todo momento. Se tu misma y Busca el amor para lograr grandes cosas.- Lindsay tenía sus ojos llorosos mientras caminaba en su acera de su casa. Toco la puerta de su casa su madre abrió la puerta como si una extraña hubiera preguntado a la puerta.
-Hola hija vienes a visitarme. Ella asintió y sintió una especie de escalofríos que rosaba su brazo volteo a ver pero no había absolutamente nada. Asintió con la cabeza. Estaba triste al saber que no lo vería pero él estaría con ella.
-Galletas.- ofreció su madre levantando una bandeja de caritas sonrientes ella siempre fue tan maternal se dijo Lindsay.
-Mama no ha venido nadie preguntando por mi.- musito. Su madre frunció el seño y dijo;
-ya que lo preguntas si, un apuesto muchacho. Umm como era su nombre...-
-Sebastián.- dijo ella  rápidamente.
-Si dijo que era tu prometido.- ella enarco una ceja con incredulidad.  En ese momento se oyó un estruendo en la cocina.
-que fue eso.- dijo la madre asustada mientras se dirigía a la cocina.
-Habrán sido solo gatos traviesos.- dijo ella con miedo en su voz ya que temía que fuera Sebastián
-Si deben ser gatos.- ella se sentó y volvió a preguntar.
-Pero dime hija como te va en Brooklyn.- ella reprimió una mueca.
-No me quejo madre, seré una nueva persona.- ella se levanto con asombro.
-No sabes cuánto esperaba escuchar esto de tus labios, hija he pasado muy mal estos años ya que  creo que te sobre protegí y no eras lo suficientemente capaz de enfrentar el mundo.- la abrazo mientras Lindsay todavía no entendía que siempre había estado en el error, trataba de convencerse de que lo que los demás quisieran para ella era bueno sin saber que no era ella misma.
Salía de su casa cuando se encontró una cartera de Chanel en el suelo.
-Disculpa eso es mío.- musito una voz  femenina. Ella  miro a la chica que estaba parada frente a ella.
-Linda Fobers.-  la chica le sonrió y gritaron a Unisonó.
-Dios mío tanto tiempo sin vernos.-  ella rieron ya que habían pasado mucho tiempo de su infancia juntas. Ella era su mejor amiga.
-Desde que te fuiste de Clantonville, no volvimos a saber de  ti. Cuéntame como ha sido tu vida, ¿eres la diseñadora de modas que siempre soñaste? -  ella agacho su cabeza ya que había cumplido sus sueños pero nunca había disfrutado de ellos.
-Sí. Y de tu ¿que ha sido de tu vida?- dijo tímidamente. Linda se veía radiante sus ojos Color café  brillaron de emoción tenía un sin fin de cosas que contarle.
-Me case con Alexander Fiore.-  eso fue un balde frio para Lindsay ya que ella había estado enamorada de él en secreto pero su timidez fue más fuerte que su amor.
-Tengo un trabajo a las afueras de Clantonville de Exhibicionista de artes.-sus ojos mostraron de nuevo el brillo de un momento.
-Lindsay ¿qué te parece ir a Una exhibición de artes con nosotros y después a la recepción de invitados? Eso si es con disfraces -  su vos extasiaba entusiasmo.
-Bueno estaría estupendo.- Lindsay no se oía muy contenta que digamos ya que tendría que ver antiguas caras de conocidos y no tenia pareja con quien asistir.


-Vamos ven conmigo como mi pareja.- discutía Lindsay a un cuarto vacio.
-Sabes que no iré contigo por que no pueden verme.- ella se asusto al oír su vos detrás de ella pero se sorprendió al oír la.
 -Pensé que no te podría oír nunca más. Me  mentiste. - sus ojos verdes se volvieron rojos de la furia. El rio lentamente.
-Lo siento no era mi intención ignorarte.-
-Adivino puedes aparecérteme  cuando se te pegue la gana.- se oyó un suspiro tortuoso.
-también quisiera poder tocarte.-
-¿Qué.-  musito ella  fingiendo no escucharlo.
-Estaré contigo aunque no me puedas ver.- dijo la voz en su cuello.
Compro un disfraz muy propio de ella. Su vestido era largo de algodón y terciopelo ajustado a su cintura le hacía demostrar sus pechos y su cintura la hacía ver esbelta parecía estar bajo las sombras  de la noche.  Su pelo color bronce reflejaba la luna en unos perfectos risos.
-y bien. ¿Cómo  Me veo - se sentía estúpida al decirle eso a una habitación vacía.
-bien-  dijo una vos ahogada. Eso le confirmaba que no había perdido su encanto con los chicos.

-Bueno me marcho- dijo colocándose un antifaz negro en su bello rostro.
-te esperare aquí ya que no quiero ver tus conquistas- su voz sonaba triste.
 El. La vio deseando salir de su brazo como un humano normal con su novia hacia una fiesta. Pero eso no sucedería para su desgracia.-

La música sonaba en el gran salón de artes, Linda estaba radiante vestida con botas de gamuza negras y un traje  negro con dos orejas en su cabeza y una cola en su parte trasera. Toda ella representaba a una gatita. Y a su lado estaba Alexander Fiore no había perdido su encanto su pelo castaño estaba despeinado y tenía un antifaz negro y una capa negra su traje era de bandolero.
-Hey Lindsay tiempo sin verte.- dijo Alexander sonriente antes el chico que había provocado en ella mariposas en el estomago ahora era otro chico común y corriente.
-Sí lo mismo digo.-
-Bueno quieren algo de tomar chicas- dijo el chico
-Si cariño tráenos un ponche.- el salió disparado hacia la bebida cuando linda iba empezar una serie de preguntas a Lindsay  alguien la llamo con urgencia parecía que algo andaba mal. Dejando a Lindsay sola por un instante.
-Que hace una hermosa dama sola.- dijo una voz muy afectuosa. Ella lo miro queriendo advertirle que se alejara pero él le sonrió y ella quedo atrapada en su mirada el chico era realmente bello. Su cabello era negro sus ojos  tenían un brillo salvaje y sus brazos eran realmente esculturales. Parecía cincelado en mármol. La música empezó a sonar lentamente.
-Me concede esta pieza mi lady.- ella accedió
Bailaban al compás de la música lento y sensual.
-Me pareces familiar, te conozco de alguna parte.- dijo él en son de burla.
-No. No lo creo.-  el la miro intensamente y dijo:
-Creo que dio con mi alma gemela. - se acerco a sus labios y le propino un suave beso en ellos.

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El chico estaba desesperado estando solo cuando unos pasos se aproximaron hacia la puerta del departamento de Lindsay.
-Lindsay eres Tú.-  dijo aliviado de que ella volviera pronto.
- Hola hermano- la cara de Sebastián se ilumino mientras avanzaba hacia él.
-Sabes que yo te puedo ver así que no te escondas.- dijo Sebastián eso parecía divertirlo mucho.
-como entraste aquí.- Sebastián se encogió de hombros
-Lindsay suele ser muy afectuosa cuando quiere.-  el salió de su escondite y se admiro al ver que su hermano no era una sombra como el sino que era un hombre normal estaba en su cuerpo.
-Como has podido…-
-son ventajas de ser de los malos...-  le guiño el ojo.
-Donde esta Lindsay.-
- Relájate ella está disfrutando en la fiesta.-  se sentó en un sofá color durazno.
-es muy bella quizá me la quede.- dijo con seguridad.
-Mira Brandon tal vez no sepas pero ella es demasiado para ti, necesita a alguien real y ese no eres Tu Hermano lo siento.-  
El no presto atención a sus palabras aunque cada una era una verdad que dolía.
-Sabes lo que hice ahora algo que tú no has hecho desde que la conociste. Le di un beso en sus labios y fue tan mágico que ya encontré a mi chica  y no dejare que nada la aparte de mi pasare por quien sea cuando sea para tenerla.- sus palabras eran una amenaza hacia su hermano quien no dijo nada solo se hundió en sus pensamientos atormentados.




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